BALAUSTRADA DE UNA MENTE ENFERMA...

jueves, 9 de diciembre de 2010

ADIOS (Despedida triste)

Soy el ente monocromo entre tanto color,
el gélido témpano errante de vuestros mares cálidos y acogedores.
Amodorrado, expulsado, distraído.

La vida cruel y encantadora ha decidido echarme a un lado,
tirar por la borda el largo anuario de mi lucha.
Y me ha derrotado.

Me arrastro hacia una meta embarrada, rodeado de áridos sentimientos.
Confuso. Enojado.

Las malas ideas acongojan mi sangrante corazón,
bloqueando las brisas de la felicidad, por débiles y mundanas que éstas fueran.
Sólo siento agobio, y me asusta.

Rescato odios perdidos, influencias negativas que hieren mi mente, y me disgusta. 
La existencia se ha tornado en caída al vacío, imparable, incuestionable, sin freno.
Nada ni nadie será capaz de detener la explosión.
Lo sé.

Y no es cuestión de fe, y lo es de tiempo.
Es como una rueda que arrasa y aniquila todo lo que aplasta,
impertérrita, indómita, insensible al dolor que produce su lento girar.

...

Me encanta la tristeza. Es constructiva. Y me enternecen las despedidas que burbujean de palabras amables y halagos dulces. Ojos entornados, rictus sonrientes, manos enlazadas. Y vanas esperanzas.

Todos sabemos que, lo más probable, es que no nos encontremos jamás. Sólo la casualidad dará con nuestros huesos en el mismo lugar y a la misma hora.

Espero que os vaya bonito. Ojalá que volvamos a vernos. Ser felices y optimistas. Y dejar que las penas me ahoguen a mí. Solo a mí.

Nuestra comprensión del universo aún es muy pequeña para juzgar lo que quiere que sea nuestra vida. (Menuda idiotez el Sursum Corda. ¿A quién narices se le ocurrieron semejantes chorradas?)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

DIARIO ABSTRACTO: Inexistente

El cerebro embotado y los sentidos perturbados, acelerados por un desbocado corazón.
Mantengo la esperanza durante horas de hallar aquello que busco con desespero.
Pero es misión imposible que me mantiene en vilo, expectante.

Decaído y rabioso, derrotado por un lenguaje incongruente para mi escaso conocimiento,
perezco en una espiral de extensiones lógicas y variables, dirigidas hacia ese lugar que desconozco, perdido en el horizonte digital de mi ignorancia más absoluta.

Lo que buscas no existe. No lo intentes más. Es absurdo. Como tú.

Así de lacónico es el mensaje en la página malnacida que ha maltratado a mi ego,
esquivándolo y jugando conmigo.

Menuda hija de Satanás.

Maldita seas por maltratar mi maltrecha mente.
Ojalá te pudras en un null eterno.
Es lo que mereces.